lunes, 5 de septiembre de 2016

Una idea para el capítulo LV


Una sugerencia para "mimarnos", o mimar a nuestra familia en este día desapacible: ¿Qué tal preparar algo dulce para el café
 o el mate de la tarde, y, mientras está en el horno, leer un capítulo más? 

Capítulo LV

A la mañana siguiente, Carolina se levanta tarde: Mientras Marta prepara el desayuno, ella sigue pensando en el sueño y se le presenta un dilema: ¿Contárselo a Marta o a Juancito para desahogarse? ¿No confiárselo a ninguno? Al fin decide contárselo a ambos.
Así, se presenta la oportunidad de volcarlo en los dos por casualidades del reloj. Ese día han decidido quedarse a descansar para recuperarse y  tomar aliento para el día siguiente y Ricardo ha decidido tomar una argentinísima siesta, así que, café por medio, los tres en el apartamento de Carolina, esta les revela su visión nocturna. Los consejeros no están de acuerdo. Marta opina que aún está enamorada de Ricardo, mientras Juan cree ver una creciente relación entre ella y el mexicano.
La cuestión es que Carolina queda más confundida que antes y para cuando Ricardo se levanta, la situación sigue discutiéndose, así que cambian de tema lo suficientemente rápido como para que él no se dé cuenta.
Suena el teléfono. Es Walter, con la voz muy animada. Carolina tiene que hacer callar a sus acompañantes que están planificando su tarde de descanso con chapuzones en la alberca, baños de sol, algún margarita y, para no salir a cenar, una comida preparada por Aurora, lo cual lleva a “¡Sí!” “¡Genial!” y otras expresiones que no le permiten oír claramente.
Miguel se ha comunicado con Walter: Hay otra sospechosa: Nélida. Carolina queda pasmada.
_Sí _ le dice Walter, adivinando la reacción que ha provocado _ Así como lo oyes, pero no sabré nada más hasta mañana, cuando Miguel regrese a hacer unas fotos y nos dé más detalles. Avísale a Juan que habrá trabajo para él y a la noche nos reunimos, ¿de acuerdo?
_Por supuesto _ opina Carolina.
 Ella comenta las novedades a sus acompañantes que quedan estupefactos. Ricardo, claro, no entiende nada, pero Juan lo pone al tanto de la situación.
Disfrutan esa tarde como lo habían planeado y al día siguiente, transitan calles, cámara fotográfica en mano, mientras Juan se ocupa de Miguel en el estudio fotográfico para otra promoción.
Afortunadamente el trabajo se realiza a la mañana, así que a la tardecita a Walter (que pasa a buscar a Carolina) y a ella no les alcanzan los pies para ir a la oficina de Miguel, donde él los ha citado. Ha preferido ese lugar otra vez, en la habitación que le sirve de refugio para contarles las novedades que trae de Acapulco:
La policía ha averiguado que Alejandra no era la única amante que tenía Néstor. Su ex esposa, a pesar de su nerviosismo, en un momento de lucidez, les ha revelado eso. Aunque la pista ha sido muy general, los detectives de la policía van orientándose al enterarse de que una de ellas ha trabajado con él y parece haber tenido una relación más larga así que enfocan  sus sospechas en una dirección más puntual.
Ya la han localizado y detenido, pero, desgraciadamente, eso no significa la liberación de Alicia. Ahora la cuestión será encontrar las evidencias.
 Pero hay otra sorpresa: Miguel les cuenta que en el breve período de detención de Nélida, esta se ha descompuesto, la llevaron a la enfermería, y, aunque ella no quiso declararlo antes, está embarazada.
_ ¿De Néstor? _pregunta enseguida Walter.
_ Aparentemente no contestó eso.
Miguel trata de explicarles las implicaciones legales, pero son confusas para él, y para Walter y Carolina resultan igual.
De todas maneras, con esa conversación han tenido bastantes sorpresas. Miguel los invita a encargar algo para quedarse a cenar. Walter acepta enseguida pero Carolina recuerda a sus huéspedes y cuánto los ha dejado esperando estos días, así que, por más que insisten, se decide a regresar. Walter la lleva.
Una vez que llega al departamento, por más cansada que está, Juan, Aurora y Ricardo la convencen de que se dé una ducha y salgan a cenar.
Mientras tanto, Miguel y Walter han cambiado sus planes originales y han decidido ir al departamento de este, donde tienen los ingredientes necesarios para preparar una comida.
Walter se había prometido no tocar más el tema sentimental entre Miguel y Carolina, pero algo en el contacto que hoy ve en ellos, lo hace reconsiderar la promesa, y mientras cocina, comienzan los primeros sondeos:
_ ¡Qué bien hizo Carolina en quedarse para apoyarte, ¿no? Bueno, está bien, también le pediste que se quedara para las promociones, pero, de parte de ella me parece un gesto valioso . . .
La comida ya está en la mesa y Walter está sirviendo. Se da cuenta de que aunque quiso lograr un acercamiento  sutil, no lo logró:
_ Te conozco desde hace mucho tiempo, Walter: no empieces con tus indirectas. Si quieres saber si he pensado si amo a Carolina o no, te diré que sí.
_ ¿Sí lo pensaste, o sí estás enamorado?
Miguel toma aire, mira a su amigo directamente y va soltando poco a poco:
_ Creo . . bueno . . .sí . . .yo . . .amo a Carolina.
Walter suelta los cubiertos y lo palmea con expresión de triunfo:
_ Has visto? ¿No ha costado tanto, verdad?
_No te apresures, no te apresures.
_ ¡Ah! _ lanza Walter desilusionado -¿Y ahora, cuál es el problema?
_ ¿Cómo cuál es el problema? Pretendes que en medio de la situación de mi hermana, más el novio de Carolina . . .
_ Ex – novio . . .
 _ Está bien, ex – novio. ¿Te parece que me ponga yo en romances?
_ Tienes razón. Pero al menos ya tienes en claro lo que sientes.
_ Sí, pero no sé qué siente ella por mí. Con él aquí debe de estar muy confundida.
_ No sabes lo que siente ella. La he visto mirarte. Está bien, pero sólo (tienes razón, una vez que el momento sea propicio) preguntando lo sabrás.







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