viernes, 19 de agosto de 2016


Carolina, Miguel, Walter, Nélida .... en este capítulo sus historias de entretejen. Y muchas sospechas.

Capítulo L

Carolina y Miguel leen impresionados un titular, mientras Walter busca por los canales aunque ellos no saben qué. Finalmente se dan cuenta: “Joven asesinada en Acapulco.” Pero la joven no es cualquiera: es Alejandra, el último amorío conocido de Néstor. Aparentemente no ha habido forcejeos para ingresar a la casa que estaba alquilando desde hacía pocos días en ese lugar, así que debía de conocer a su asesino. En ese momento aparecen las imágenes en la televisión: sacan el cuerpo atravesando un florido jardín y los periodistas hacen preguntas a los forenses y a la policía. Hay un hombre detenido, quien había hallado el cuerpo.
_ ¡Debe de ser Néstor! Tendrían preparada una “escapada”. Ella se adelantó para instalarse y él, después de abandonar el trabajo fue a reunirse y se encontró con la sorpresa.
_Sin embargo, está declarando: no dijeron si como sospechoso o como testigo.
_Bueno, Néstor no es lo que se diga “un hombre de honor”, pero . . .¿asesino? _ interroga Walter _ Además . . .¿con qué motivación? ¿Por qué querría deshacerse de ella? Supongamos que ella hubiera amenazado con contar todo. Ya era un secreto a voces.
_¡ Es increíble! _ balbucea Carolina y no acierta a decir nada más, mientras ve la fotografía de Alejandra en  el diario y mira la televisión a la vez.
_Tampoco cabe pensar en un crimen pasional _ especula Walter _ Las pasiones de Néstor son tan poco profundas como pasajeras. Aun si ella hubiera querido dejarlo, no lo hubiera tomado tan a la tremenda. Además, dejada la esposa de lado, alejada la otra amante y en un retiro romántico . . .no  parece un momento propicio. Él también estaba más libre que antes. No habría motivos para una riña.
_ Pero si no fue él . . .¿quién? ¿Qué enemigos tendría Alejandra?
_ No sabemos nada de su pasado, pero no parecía una “chica de su casa” _ contesta Walter _ Quizás Néstor no fue el único. Alguna esposa celosa . . .
_O alguna ex amante de él celosa.
_ Es más _reflexiona Walter _De ser inteligente, no sólo mataría a la nueva conquista, sino que podría hacer que él se viera involucrado en un escándalo. Se me ocurre alguien que podría haber pensado en eso . . .
En el aeropuerto de México, recién llegada de Acapulco, está Nélida esperando sus maletas, con su incipiente embarazo. Toma un taxi hasta su departamento, entra y deja sus maletas en un rincón de la habitación. Está muy cansada, así que las desarmará después. Ahora  sólo quiere preparase  una sopa instantánea, llevársela a la cama para ver televisión hasta que la venza el sueño y no levantarse, quizás hasta media tarde. Parece no haber estado en la realidad de lo que ha hecho hace unas horas, hasta que  se interna en el acogedor hueco que forma el acolchado y una súbita película en retrospectiva se desarrolla en su mente: tiempo después de ser “invitada” a un período de descanso por la empresa, se había enterado de que su amenaza falsa a Néstor sobre su embarazo era real; la mentira le había jugado una mala pasada. Ya sabía cuál sería la reacción de Néstor, así que no podía contar con una resolución feliz. Fue a había ido a visitar a una prima a quien le había confiado todo. Al principio le sirvió para descansar y, ayudada por los consejos de su prima, a decidirse a conservar el bebé: aunque pasara momentos difíciles, sería una compañí. Ella adoraba los niños. Quizás, más adelante, más fortalecida, acudiría a las leyes para reclamar los derechos de la criatura, pero, por el momento, tenía que hacerse a la idea de criarla sola.
Después, sus pensamientos se tornaron un poco más oscuros, especialmente en cuanto a Alejandra y Néstor. Su inseguridad le hacía pensar que ésta sí lograría retenerlo, separándolo de su esposa. ¿Y ella? ¿Ella, que había soportado todas las limitaciones de la clandestinidad? ¿Ella, que lo había contenido contra viento y marea cuando Miguel amenazaba con echarlo? ¡Y la ayuda que le había dado con la carta de Carolina! Cada vez fomentaba más y más el odio hacia aquellos dos y hasta se le aparecían en pesadillas riéndose de ella. La idea había surgido amorfa, pero en los atardeceres en que se encontraba en el jardín de la casa de su prima, se iban marcando algunos caminos. Para tener noticias de sus vidas llamó a una empleada con la que tenía cierta confianza y que era bastante amiga. Esta, que no tenía mucha dificultad en desparramar chismes, le contó, (pidiéndole suma discreción) que Sandra se había ido a Acapulco para conseguir una casa en alquiler, y que más adelante se le uniría Néstor. También la puso al tanto del estado de Alicia. Primero surgió la rabia: para ella nunca, nunca había tenido tiempo para una escapada de fin de semana. Luego empezó a maquinar el plan: ¿por qué no hacerle pagar a uno, o más bien, a todos, por su sufrimiento? Pero ¿cómo? Vengarse de cada uno en persona la pondría en evidencia, en cambio, moviendo una sola pieza que afectara a todas las demás . . . Así se le ocurrió lo de Alejandra: no sólo la muerte de ella significaría una venganza. ¿Quién sería más sospechosa que una esposa despechada? ¿Y él, no sólo sometido a un escándalo, sino como posible sospechoso también? Y con el rechazo de toda la compañía, por enredarlos en una cuestión así, aunque no fuera más que indirectamente ?
Nélida aparta la taza, apaga la televisión sin haber visto nada de la noticia del asesinato y va sumiéndose en el sueño.
     Durante la semana siguiente, el periodismo ya tiene otro tema, además de la notoriedad de Carolina, para ocuparse de la empresa de Miguel Saberia: las averiguaciones sobre la vinculación de Alejandra y Néstor a la misma. En ese tiempo ya se ha hecho público el romance, los problemas con su esposa, el incumplimiento de sus tareas y su poca estabilidad amorosa.Cuanto más indiscreciones se revelan, más ávidos están los que quieren tener la atención del público.
En la empresa tratan de trabajar con la mayor naturalidad posible porque los tiempos son perentorios. Miguel, mientras tanto, ha pedido a todos los allegados a su hermana que la mantengan alejada de toda información posible, pero lo inevitable lo sorprende una tarde, mientras están trabajando en el estudio. Una llamada de su tía: la policía se ha presentado en su casa para interrogar a Alicia.



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