Carolina, Miguel, Walter, Nélida .... en este capítulo sus historias de entretejen. Y muchas sospechas.
Capítulo L
Carolina y Miguel leen
impresionados un titular, mientras Walter busca por los canales aunque ellos no
saben qué. Finalmente se dan cuenta: “Joven asesinada en Acapulco.” Pero la
joven no es cualquiera: es Alejandra, el último amorío conocido de Néstor. Aparentemente
no ha habido forcejeos para ingresar a la casa que estaba alquilando desde
hacía pocos días en ese lugar, así que debía de conocer a su asesino. En ese
momento aparecen las imágenes en la televisión: sacan el cuerpo atravesando un
florido jardín y los periodistas hacen preguntas a los forenses y a la policía.
Hay un hombre detenido, quien había hallado el cuerpo.
_ ¡Debe de ser Néstor! Tendrían preparada una “escapada”. Ella se
adelantó para instalarse y él, después de abandonar el trabajo fue a reunirse y
se encontró con la sorpresa.
_Sin embargo, está declarando: no dijeron si como sospechoso o como
testigo.
_Bueno, Néstor no es lo que se diga “un hombre de honor”, pero . .
.¿asesino? _ interroga Walter _ Además . . .¿con qué motivación? ¿Por qué
querría deshacerse de ella? Supongamos que ella hubiera amenazado con contar
todo. Ya era un secreto a voces.
_¡ Es increíble! _ balbucea Carolina y no acierta a decir nada más,
mientras ve la fotografía de Alejandra en
el diario y mira la televisión a la vez.
_Tampoco cabe pensar en un crimen pasional _ especula Walter _ Las
pasiones de Néstor son tan poco profundas como pasajeras. Aun si ella hubiera
querido dejarlo, no lo hubiera tomado tan a la tremenda. Además, dejada la
esposa de lado, alejada la otra amante y en un retiro romántico . . .no parece un momento propicio. Él también estaba
más libre que antes. No habría motivos para una riña.
_ Pero si no fue él . . .¿quién? ¿Qué enemigos tendría Alejandra?
_ No sabemos nada de su pasado, pero no parecía una “chica de su casa” _
contesta Walter _ Quizás Néstor no fue el único. Alguna esposa celosa . . .
_O alguna ex amante de él celosa.
_ Es más _reflexiona Walter _De ser inteligente, no sólo mataría a la
nueva conquista, sino que podría hacer que él se viera involucrado en un
escándalo. Se me ocurre alguien que podría haber pensado en eso . . .
En el aeropuerto de México, recién llegada de Acapulco, está Nélida
esperando sus maletas, con su incipiente embarazo. Toma un taxi hasta su
departamento, entra y deja sus maletas en un rincón de la habitación. Está muy
cansada, así que las desarmará después. Ahora
sólo quiere preparase una sopa
instantánea, llevársela a la cama para ver televisión hasta que la venza el
sueño y no levantarse, quizás hasta media tarde. Parece no haber estado en la
realidad de lo que ha hecho hace unas horas, hasta que se interna en el acogedor hueco que forma el
acolchado y una súbita película en retrospectiva se desarrolla en su mente:
tiempo después de ser “invitada” a un período de descanso por la empresa, se
había enterado de que su amenaza falsa a Néstor sobre su embarazo era real; la
mentira le había jugado una mala pasada. Ya sabía cuál sería la reacción de
Néstor, así que no podía contar con una resolución feliz. Fue a había ido a
visitar a una prima a quien le había confiado todo. Al principio le sirvió para
descansar y, ayudada por los consejos de su prima, a decidirse a conservar el
bebé: aunque pasara momentos difíciles, sería una compañí. Ella adoraba los
niños. Quizás, más adelante, más fortalecida, acudiría a las leyes para
reclamar los derechos de la criatura, pero, por el momento, tenía que hacerse a
la idea de criarla sola.
Después, sus pensamientos se tornaron un poco más oscuros, especialmente
en cuanto a Alejandra y Néstor. Su inseguridad le hacía pensar que ésta sí
lograría retenerlo, separándolo de su esposa. ¿Y ella? ¿Ella, que había
soportado todas las limitaciones de la clandestinidad? ¿Ella, que lo había
contenido contra viento y marea cuando Miguel amenazaba con echarlo? ¡Y la
ayuda que le había dado con la carta de Carolina! Cada vez fomentaba más y más
el odio hacia aquellos dos y hasta se le aparecían en pesadillas riéndose de
ella. La idea había surgido amorfa, pero en los atardeceres en que se
encontraba en el jardín de la casa de su prima, se iban marcando algunos
caminos. Para tener noticias de sus vidas llamó a una empleada con la que tenía
cierta confianza y que era bastante amiga. Esta, que no tenía mucha dificultad
en desparramar chismes, le contó, (pidiéndole suma discreción) que Sandra se
había ido a Acapulco para conseguir una casa en alquiler, y que más adelante se
le uniría Néstor. También la puso al tanto del estado de Alicia. Primero surgió
la rabia: para ella nunca, nunca había tenido tiempo para una escapada de fin
de semana. Luego empezó a maquinar el plan: ¿por qué no hacerle pagar a uno, o
más bien, a todos, por su sufrimiento? Pero ¿cómo? Vengarse de cada uno en
persona la pondría en evidencia, en cambio, moviendo una sola pieza que
afectara a todas las demás . . . Así se le ocurrió lo de Alejandra: no sólo la
muerte de ella significaría una venganza. ¿Quién sería más sospechosa que una
esposa despechada? ¿Y él, no sólo sometido a un escándalo, sino como posible
sospechoso también? Y con el rechazo de toda la compañía, por enredarlos en una
cuestión así, aunque no fuera más que indirectamente ?
Nélida aparta la taza, apaga la televisión sin haber visto nada de la
noticia del asesinato y va sumiéndose en el sueño.
Durante la semana siguiente, el periodismo
ya tiene otro tema, además de la notoriedad de Carolina, para ocuparse de la
empresa de Miguel Saberia: las averiguaciones sobre la vinculación de Alejandra
y Néstor a la misma. En ese tiempo ya se ha hecho público el romance, los
problemas con su esposa, el incumplimiento de sus tareas y su poca estabilidad
amorosa.Cuanto más indiscreciones se revelan, más ávidos están los que quieren
tener la atención del público.
En la empresa tratan de trabajar con la mayor naturalidad posible porque
los tiempos son perentorios. Miguel, mientras tanto, ha pedido a todos los
allegados a su hermana que la mantengan alejada de toda información posible,
pero lo inevitable lo sorprende una tarde, mientras están trabajando en el
estudio. Una llamada de su tía: la policía se ha presentado en su casa para
interrogar a Alicia.
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